Muy cerca de Cartagena, en Colombia, la Isla de Barú ofrece un paisaje de arrecifes de coral, aldeas de pescadores, lagunas y playas inexploradas.
Dicen que todo empezó en 1650, cuando el gobernador español de Cartagena de Indias, Pedro de Zapata Mendoza, hizo realidad un viejo sueño virreinal, que fue abrir un canal entre el puerto de Cartagena y el río Magdalena, 129 km construidos a pico y pala entre las ciénagas y selvas costeras. Luego llegarían los buques de vapor y los sistemas de dragado modernos, pero éste es el origen del Canal del Dique, que desde entonces separa la península de Barú de la tierra firme. Así nació lo que se conoce como Isla de Barú, un paraíso natural de 7.000 hectáreas en el Caribe colombiano, con sol y playas. Está a 40 km de Cartagena, desde donde se puede llegar por tierra en ómnibus: son 70 minutos de viaje, se cruza el Canal del Dique por un puente. O también por mar: un viaje de 50 minutos en los barcos que salen del muelle turístico de Cartagena. Muchos viajeros tienen el traslado incluido en el costo del paquete turístico.
A primera vista, la isla de Barú es la versión más agreste del Caribe colombiano. Hay manglares, bosques, barreras de coral, arenas blancas, aguas cristalinas ideales para bucear, playas casi vírgenes y pequeños pueblos de pescadores como Santa Ana, Ararca y Barú.
Barú está considerada como una de las grandes reservas turísticas de Colombia, con una ubicación privilegiada porque se complementa con Cartagena y su propuesta de turismo cultural e histórico.
En la zona de Playa Portonaito se inauguró en 2009 el hotel Royal Decameron Barú. El complejo tiene 366 habitaciones, divididas en 321 de categoría superior con vista al mar o la laguna Portonaito, junto a 45 habitaciones de lujo, todas con vista al mar equipadas con aire acondicionado y televisión por cable. El hotel tiene además 4 restaurantes, 5 bares, 3 piletas de natación, 2 canchas de tenis y un centro de convenciones con capacidad para 700 personas.
La arquitectura del hotel es de estilo tropical moderno, con mucha madera y ladrillo a la vista. Sus instalaciones disponen de facilidades para navegar en kayak, canoa y catamarán, además de bucear. Hay gimnasios, spa, discotecas y sistema de canilla libre.
El clima de esta isla es típico del Caribe, húmedo y con temperaturas que llegan hasta los 35°C, invita a practicar snorkel o, sencillamente, a disfrutar de un día de playa, tirado en una hamaca. Desde el hotel salen también excursiones a la ciudad de Cartagena con sus históricas murallas y fortalezas españolas. Otra opción es navegar hasta las cercanas islas del Rosario, con una visita al delfinario de isla Palma. O engancharse en un tour de pesca.
En cualquier caso, si la idea es alejarse del ruido, Barú es el lugar más indicado.
Dicen que todo empezó en 1650, cuando el gobernador español de Cartagena de Indias, Pedro de Zapata Mendoza, hizo realidad un viejo sueño virreinal, que fue abrir un canal entre el puerto de Cartagena y el río Magdalena, 129 km construidos a pico y pala entre las ciénagas y selvas costeras. Luego llegarían los buques de vapor y los sistemas de dragado modernos, pero éste es el origen del Canal del Dique, que desde entonces separa la península de Barú de la tierra firme. Así nació lo que se conoce como Isla de Barú, un paraíso natural de 7.000 hectáreas en el Caribe colombiano, con sol y playas. Está a 40 km de Cartagena, desde donde se puede llegar por tierra en ómnibus: son 70 minutos de viaje, se cruza el Canal del Dique por un puente. O también por mar: un viaje de 50 minutos en los barcos que salen del muelle turístico de Cartagena. Muchos viajeros tienen el traslado incluido en el costo del paquete turístico.
A primera vista, la isla de Barú es la versión más agreste del Caribe colombiano. Hay manglares, bosques, barreras de coral, arenas blancas, aguas cristalinas ideales para bucear, playas casi vírgenes y pequeños pueblos de pescadores como Santa Ana, Ararca y Barú.
Barú está considerada como una de las grandes reservas turísticas de Colombia, con una ubicación privilegiada porque se complementa con Cartagena y su propuesta de turismo cultural e histórico.
En la zona de Playa Portonaito se inauguró en 2009 el hotel Royal Decameron Barú. El complejo tiene 366 habitaciones, divididas en 321 de categoría superior con vista al mar o la laguna Portonaito, junto a 45 habitaciones de lujo, todas con vista al mar equipadas con aire acondicionado y televisión por cable. El hotel tiene además 4 restaurantes, 5 bares, 3 piletas de natación, 2 canchas de tenis y un centro de convenciones con capacidad para 700 personas.
La arquitectura del hotel es de estilo tropical moderno, con mucha madera y ladrillo a la vista. Sus instalaciones disponen de facilidades para navegar en kayak, canoa y catamarán, además de bucear. Hay gimnasios, spa, discotecas y sistema de canilla libre.
El clima de esta isla es típico del Caribe, húmedo y con temperaturas que llegan hasta los 35°C, invita a practicar snorkel o, sencillamente, a disfrutar de un día de playa, tirado en una hamaca. Desde el hotel salen también excursiones a la ciudad de Cartagena con sus históricas murallas y fortalezas españolas. Otra opción es navegar hasta las cercanas islas del Rosario, con una visita al delfinario de isla Palma. O engancharse en un tour de pesca.
En cualquier caso, si la idea es alejarse del ruido, Barú es el lugar más indicado.